Monegros también presume de arte mudéjar

Se trata de una ruta de cinco templos, un atractivo más a los imanes turísticos más conocidos de la zona, como vestigios de la Guerra Civil o parajes desérticos

HERALDO DE ARAGÓN.- Gemma Grau, técnica del área comarcal de Turismo, se esfuerza en su día a día por hacer aflorar los encantos más ocultos de Los Monegros, y lo hace con un matiz de reivindicación, explicando que la comarca cuenta con un patrimonio cultural que va más allá de sus enclaves conocidos como el monasterio de Sijena o la Cartuja de Las Fuentes.

Tras años pateando este extenso territorio, de más de 2.700 kilómetros cuadrados, Grau guarda en su cabeza más recursos turísticos de los que aparecen en guías y folletos. Dentro de sus funciones diarias está la de ejercer de guía de algunos de los principales vestigios de la Guerra Civil, como la ruta Orwell, que fue impulsada por la Comarca de Los Monegros y que figura entre los recursos más visitados de la zona. Allí, entre trincheras y pozos de tirador, también anima a los turistas a visitar encantos menos conocidos del territorio, como los vestigios musulmanes conservados en Marcén, Usón o Alberuela de Tubo o las fuentes, aljibes o pozos de hielo ideados por la escasez de agua.

También recomienda realizar una completa ruta mudéjar que, aunque no figura como tal en ningún folleto, resulta "atractiva e interesante", dice. A la mayoría, la idea le sorprende. Y es que son pocos los que asocian arte mudéjar y Monegros. Sin embargo, la comarca conserva cinco iglesias de este estilo, que están situadas en las localidades de Poleñino, Torralba de Aragón, Alcubierre, Leciñena y Perdiguera. A excepción de la primera, todas están en las faldas de la sierra de Alcubierre, a caballo entre las provincias de Huesca y Zaragoza y por lo tanto, la ruta ofrece un interesante viaje de norte a sur del territorio a través de su principal eje vertebrador. "Es, posiblemente, la ruta cultural más completa e interesante de nuestra comarca, y la menos conocida. Aunque Los Monegros presenta un amplio patrimonio, suele tratarse de enclaves solitarios con una gran historia, que pocas veces interrelacionan unos con otros como sucede en este caso, dando además la posibilidad de conocer un paisaje diferente al que esta comarca evoca en el imaginario colectivo", indica Grau.

Las torres de los cinco templos, que van del siglo XIV al XVI, se yerguen hermosas. A diferencia de las que predominan en las provincias de Teruel y Zaragoza, donde suelen ser esbeltas y ricamente decoradas, "aquí se construyen macizas, voluminosas y potentes, recordando a los cercanos torrollones", indica Grau. "Todas han sido restauradas en los últimos años, lo que permite disfrutar de los detalles decorativos; además, a los pies de cada iglesia hay excavadas galerías y cuevas que en su origen tenían como fin el saneamiento de los cimientos, y que fueron utilizadas como refugios durante la Guerra Civil por sus vecinos", añade la guía. La de mayor riqueza ornamental es la de Alcubierre, donde es recomendable comenzar la ruta y desde allí desplazarse al resto, siguiendo el perfil de la sierra. Curiosidad: los mejores ajedrecistas del mundo, desde Anatoly Karpov hasta Boris Spassky, Francisco Vallejo o Yifan Hou, tienen una réplica de su torre en casa, al ser el obsequio que se llevan cuando ejercen como padrinos del Torneo Internacional de Ajedrez de Alcubierre.

EL OTRO GRAN TESORO DE PERDIGUERA: SU MAGNÍFICO ROSARIO DE CRISTAL

Perdiguera es uno de los puntos destacados dentro de la ruta por el mudéjar de Los Monegros. Su iglesia del siglo XV, sorprende por su monumental y voluminosa belleza; además, es una de las pocas de la zona que no sufrió destrucción alguna durante la Guerra Civil. aunque se situaba muy cerca del frente de Aragón.

Dentro de la misma localidad, ubicada en la zona sur de Los Monegros, hay otras visitas indispensables como el edificio consistorial, que fue construido en el siglo XIX y que es de estilo neomudéjar al inspirarse en el propio templo, y el museo parroquial, donde pueden verse cantorales y diversas piezas de orfebrería. Asimismo, la casa parroquial guarda uno de los mayores tesoros locales: el Rosario de Cristal, que sale en procesión cada 29 de julio, día en el que se celebra la llegada al pueblo de las reliquias de su patrona, Santa Beatriz. Su llegada tuvo lugar en 1622 de la mano de fray Juan de Antillón, procurador general de la Curia en el Vaticano e hijo de Perdiguera.

El Rosario de Cristal tiene su origen en el año 1928, fecha en la que varias familias de la localidad costearon la construcción de los faroles y cuyos descendientes se encargan todavía hoy de su mantenimiento, así como de portarlos durante la procesión. A lo largo de este tiempo han sido restaurados en dos ocasiones –la última, en 2006– para adaptar su iluminación al sistema eléctrico de pilas, eliminando las velas y sus inconvenientes. La procesión, que parte de la iglesia parroquial, personifica un rosario, en el que las cuentas son sustituidas por faroles de cristal, uno por cada misterio, que aparece reflejado en sus hermosas vidrieras. Aunque la mayoría de las piezas están en la casa parroquial (976 168 248), algunos de los faroles permanecen custodiados en las casas familiares.

SAN CAPRASIO, EL PUNTO MÁS ALTO DE TODA LA SIERRA DE ALCUBIERRE
La ruta del mudéjar discurre en paralelo a la sierra de Alcubierre, eje vertebral de Los Monegros, cuyo punto más alto es San Caprasio (834 metros). Allí se encuentra una sencilla ermita del mismo nombre, construida con piedra del lugar y mampostería; debajo hay varias cuevas excavadas, y cuatro todavía están en uso. De forma esporádica son utilizadas como eremitorios por los hermanos de Jesús de Farlete. Una de ellas se encuentra acondicionada como capilla, y está abierta al público. En las inmediaciones del lugar existen otras cuevas que fueron excavadas durante la Guerra Civil española o en su momento, según cuentan, utilizadas como escondite y refugio por la banda de Mariano Gavín Suñén, más conocido como el Bandido Cucaracha, que dominó estos parajes durante la segunda mitad del siglo XIX. Para acceder a San Caprasio, hay diferentes pistas desde Lanaja, Farlete y Alcubierre.

Cómo llegar. La ruta del mudéjar está formada por cinco iglesias situadas en Poleñino, Torralba de Aragón, Alcubierre, Leciñena y Perdiguera. A excepción de la primera, las otras cuatro están en línea, siguiendo de norte a sur el dibujo de la sierra de Alcubierre, por la A-1211 y A-129. Para ir a Poleñino hay que desviarse hacia Lanaja o Grañén.

Un retablo recreado. A través de una fotografía antigua, el artista Julio Luzán hizo una reproducción del retablo de la parroquia de Alcubierre. El original, de estilo barroco, fue donado por los condes de Sástago en 1700 y destruido en la Guerra Civil española. La nueva pieza, de grandes dimensiones, se colocó en 2011. Ocupa una superficie de 90 metros cuadros e incorpora más de 30.000 láminas de pan de oro.

Otros enclaves. Dentro de la misma ruta, es posible visitar la ermita y las cuevas de San Caprasio, el santuario de Nuestra Señora de Magallón de Leciñena o la interesante Ruta Orwell.

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